Este país se divide estos días…
Barcelonistas y Madridistas, Merengues y Culés.
Cierto es que hay muchos Chés, Colchoneros, Leones, Periquitos… e incluso existe gente a la que no le gusta el fútbol, pero la realidad es que en estas semanas todo el mundo está pendiente del «clásico» en sus 4 enfrentamientos.
El primer round ya pasó, quizá el «menos importante», y aun así la expectación ha sido máxima.
Pero… ¿por qué de esta importancia social?
Ya conocemos todos las cifras económicas que manejan estos dos clubs, con millonadas de sueldos, espectaculares inversiones en marketing e imagen, derechos de los medios de comunicación, etc.
Sin embargo, el movimiento social no es ni mucho menos inferior.
El fútbol es una vía de entretenimiento, una forma de olvidar problemas cotidianos, una pasión, un espectáculo y sobre todo es una forma de interacción social.
En una sociedad como la española, el fútbol siempre ha sido el deporte rey, con seguidores en cada rincón. La mayoría de niños pequeños sueñan con ser futbolistas, es un deporte de padres e hijos, de pandillas de amigos, de charlas de cañas.
Y aunque como hemos mencionado, existen seguidores de decenas de equipos, los dos «grandes de España» (a nivel económico, social, de títulos, etc.) siempre copan las portadas de periódicos, los informativos deportivos, los comentarios en la calle, las conversaciones en los bares.
Es por eso que este país está muy pendiente estos días de estos enfrentamientos. Porque se juegan mucho en el campo… y fuera. Porque a casi todos nos gusta el fútbol, y queremos que gane nuestro equipo y pierda el contrario.
Es tiempo de unión social… y «piques» entre amigos, familiares, compañeros…
Es un mes de Madrid-Barça, Barça-Madrid.
